29.10.07

La Cabina

El Sr. Comedido vuelve a su hogar pletórico, tras una jornada en casa de un amigo. Asado en el estómago y vino en la sangre, predisponen a la filosofía. Con su Mr. Hyde más inocente, el Sr. Cursi, mantienen un profundo debate sobre las diferencias entre piropos y zalamerías. Son temas alegres, reflejo del estado generado por la ingesta. En una esquina, ve a una mujer en una cabina telefónica. Se sostiene en dos bastones canadienses, porque le falta una pierna. Comedido se siente tocado. De pronto, su oportunidad. A la mujer se le cae un bastón y él se acerca a levantarlo. Con ese gesto, por un instante la humanidad quedará redimida de todos sus pecados. Pero cuando lo tiene en la mano y la mira, se da cuenta que ella no está hablando por teléfono.
- Gracias – dijo la mujer, y su mejilla izquierda hizo un movimiento como el que hace la tanza cuando pica un pez: tres tirones cortitos. Luego siguió:
- Yo me doy cuenta, cuando estoy mirando la tele, que mis vecinos me odian a través de la pared. Me desean el mal –agregó mientras se colocaba nuevamente el bastón.
Comedido apostó por la psicología de emergencia y corrió hacia el lado que ella iba:
- Lo mejor que puede hacer es aislarse, ármese una burbuja y métase adentro. No les deje ganar tan fácil, no deje que la perjudiquen.
- Si estoy mirando la tele y me pongo auriculares, es como si tuviera uno roto. Se me meten en la cabeza.
- Es muy feo, me doy cuenta, pero no baje los brazos, no se deje arruinar la vida. Si logran alterarla, le ganan la batalla –dijo Comedido mientras reanudaba su marcha.
- ¿Vive por acá? –preguntó la mujer.
- A unas cuadras – respondió él, casi preocupándose.
- Entonces capaz que nos volvemos a cruzar. Gracias por escucharme.
El Sr. Comedido no pudo ni recordar cuál era su tema de reflexión cuando la encontró.

1 comentario:

majitus dijo...

Siendo la zalamería una "demostración de cariño afectada y empalagosa" suena tan alcahueta como el piropo en su acepción de "lisonja, requiebro", cosa muy alejada del espíritu cursi aunque más cercana al talante comedido...
Lo lindo del piropo es que en realidad viene a ser una piedra fina, una variedad del granate, de color rojo de fuego. Como si los obreros guardaran para los tobillos de las damas las piedritas más preciadas de la obra entre las tablas...