29.3.09

Empeño

A veces la gente aúna voluntades en torno a distintas ideas o acciones. Todos tiran para el mismo lado y se logra un beneficio común. Pero no entiendo qué es lo que buscan llevándome la contra.
Familiares, me quieren. Novias abandonadas, ex novias y novias enamoradas, hablan bien de mí y me quieren. Amigos, me quieren. Conocidos, como el Chino, un tipo que vive vaya a saber de qué durante unos meses al año en China y luego vuelve a Uruguay a gastar sus ganancias, y al que hacía 9 años que no veía, me saludó con suma emoción el viernes pasado. Y no es que cuando nos veíamos compartiéramos mucho: a lo sumo un par de parrillas son todo nuestro prontuario juntos. Una compañera de trabajo, viuda, me regaló una botella de vino con la leyenda: “Gracias por tu generosidad”. Yo le obsequio entradas al cine para que distraiga el dolor. “Te merecés ser muy feliz” me dijo. Ella también me quiere. Todos me quieren. Yo no.

27.3.09

Saludos

Me senté en la mesa del único Café Sorocabana que queda en Uruguay, en la ciudad de Durazno. Tiene las clásicas mesas redondas con tapa de mármol y las sillas semicirculares de madera, con asiento de cuero verde. Me generó una nostlagia de algo no vivido, de un lugar que nunca pisé en la Plaza Cagancha, que fue epicentro de la cultura bohemia, de la cultura culta, del debate futbolero y de ideas, y que terminó consumido por las llamas.
En la mesa duraznense había una chapita de bronce. "Sorocabana, 1989. Alrededor de esta mesa el escritor y poeta Orlando Aldama compartía el ocio con sus amigos. 24/1/87", anunciaba.
A mí, cuando me voy de los boliches de mi barrio, me dicen "hasta mañana".

17.3.09

Reflexión asiática sobre la Biblia

Hoy, en pleno paseo por Asia, pensé en la Biblia. Y creí tener un momento de lucidez, algo bien de asiático. Pensé que el dichoso libro es una gran metáfora que sólo dice una cosa: la tierra prometida, el cielo, es esta vida que vivimos. Es que el añejo texto es una guía de conducta, una sucesión de preceptos para sentirnos mejor como colectivo y como individuos. Si todos nos preocupáramos por los demás, si defendiéramos a los débiles, si quisiéramos como a nosotros mismos, la humanidad estaría mejor. Pero el proceso de entender eso es largo y aceptarlo parece incluso ser algo vinculado a la cadena evolutiva. Somos, al menos por ahora, el único animal que razona. Tenemos que aprender a hacerlo. El primer paso fue el obvio, el más “salvaje”: utilizamos la inteligencia para dominar otras especies y así poder sobrevivir. Eso nos puede haber mostrado algo ventajeros. El segundo fue aprender que podemos convivir con la capacidad de pensar, sin encerrarnos en nuestras cabezas de una manera “oratizante”. Como los dos primeros pasos tienen algo de individual, el tercero es, a priori, el que parece más difícil: utilizar el pensamiento para mejorar la vida colectiva. Todo esto por pensar en la Biblia paseando por Asia. Soy ateo. No sé si ya lo dije, pero lo repito.

4.3.09

Citas Gratuitas: Ryszard Kapuscinski x 2

“En nuestro oficio hay algunos elementos específicos muy importantes.
El primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de una parte de nosotros mismos. Es ésta una profesión muy exigente. Todas lo son, pero la nuestra de manera particular. El motivo es que nosotros convivimos con ella veinticuatro horas al día. No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Éste es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo. O, al menos, de hacerlo de un modo perfecto.”

“Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología se denomina ‘empatía’. Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás.
En este sentido, el único modo correcto de hacer nuestro trabajo es desaparecer, olvidarnos de nuestra existencia. Existimos solamente como individuos que existen para los demás, que comparten con ellos sus problemas e intentan resolverlos, o al menos describirlos.
El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodismo.”

Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. Anagrama, Compactos. Barcelona, 2008.

¿Es la foto de un piso, un techo o una pared? Por favor, argumente