29.8.10

Elegancia

Se decidieron con una mirada. Ella agarró la bata de baño y se la puso lenta frente al espejo, mirándose detenidamente de un perfil y del otro, prestando atención a que no quedara arrugada cuando ató el cinturón. En todo ese tiempo él sólo dobló unas hojas de diario y las puso dentro de sus mocasines. Luego se calzó. Le daba pudor salir a la calle descalzo. Tomados del brazo, caminaron algunas cuadras. En una esquina frenaron. Ella pisó la palanca que para abrir el contenedor. Él se puso a hurgar.

2 comentarios:

andal13 dijo...

La elegancia es lo último que se pierde.







O algo así.

elMácula dijo...

si usted lo dice... gracias por la visita, el local está medio abandonado pero cada tanto nos damos una vuelta. ergo, vuelva de tanto en tanto. saludos.