11.4.07

Armando quincho

Un individuo que me merece asquito, el diputado uruguayo Daniel García Pintos, presentó un proyecto de ley para que el Estado Uruguayo indemnice a quienes fueron "víctimas de la subersión". El semanario progresista Brecha dijo que era una "bofetada a las organizaciones de Derechos Humanos" que el Estado aprobara el proyecto. Obviamente que se armó polémica, así que tiro una piedra.
Al milico raso, al último orejón del tarro, lo mandaban sus superiores a ir al frente. Esos superiores no eran personas cualquiera: eran el Estado. Eran enviados por presidentes democráticamente electos -Pacheco y Bordaberry-, al menos antes del golpe. Es decir que los tipos obedecían al Estado. Si ese miliquito raso salió mal parado de una acción a la cual lo envió el Estado, por más aberrante que fuera esa acción, el Estado tiene una responsabilidad para con ese tipo y tiene que repararlo. Un Estado que no se hace cargo de sus errores e indemniza a quienes los sufrieron, cuando menos es injusto.
Aclaración para discutidores al pedo: lo antedicho no implica justificar en lo más mínimo el terrorismo de Estado, que debe ser la peor forma de terrorismo, ya que es EL responsable de dar tranquilidad y seguridad haciendo todo lo contrario. Si el Estado es terrorista, la población no tiene garantías.

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